martes, 18 de noviembre de 2008


Tras el umbral de mis temores,
de mis errores y mis fracasos,
tras las heridas del pasado
y los amores ya olvidados.

Tras la inocencia que hubo un día,
tras la ironía de aquellos años
sólo ha quedado un frío inmenso,
la espina cruel del desengaño.

Llegas a mi vida como un sol,
como la suave transparencia del amor,
como el aroma de la brisa en la mañana,
borrando para siempre mi dolor.

Volver a amar
una vez más,
nacer de nuevo en ti,
en tu mirar.
Llenando con tu luz
las sombras de mi soledad.


Volver a amar,
sentir que ya
te quedas junto a mi,
que no me dejarás.
Y así podré vivir
el dulce amor que tú me das.

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